miércoles, 9 de febrero de 2011

Akita



El Akita Inu (Perro Akita) es un perro mediano capaz de realizar la labor de un perro grande. Siendo el más alto de los perros japoneses, ha sido empleado en actividades que en otras partes del mundo se han usado perros más grandes o especializados. A través de los años este perro a sido cazador (desde patos hasta osos), perro de pelea, símbolo de riqueza y prestigio (poseer un Akita era un honor sólo permitido a la nobleza), símbolo y talismán de buena suerte (tanto que una estatuilla del Akita se da cuando nace un bebe o cuando alguien se enferma), y desde julio de 1931 el Ministerio de Educación Japonés lo declaró Monumento Nacional.
Mas de todas sus cualidades, es la fidelidad al amo tal vez la más excepcional. Una anécdota, bien documentada ya que según ocurría el mundo entero observaba, es la de un Akita que le fue fiel a su amo hasta su muerte. Muy común en muchos perros, excepto que en este caso el amo murió nueve años antes que el perro. El relato cuenta así: El profesor Eizaburo Ueno, residente de Tokio, adquirió uno de estos perros. En orden de ir a su trabajo, el profesor tenía que tomar el tren. Por la mañana el Akita, llamado Hachiko, le acompañaba hasta la estación. Por la tarde Hachiko volvía a la estación y allí esperaba a su amo que regresaba en el tren de la tarde, acompañándolo de vuelta a la casa. Un día, el 25 de mayo de 1925, el profesor sufrió una trombosis fatal en el trabajo, no regresando a la estación donde le esperaba su fiel amigo. Hachiko permitió ser atendido por los familiares del profesor pero todas las tardes, hasta el 8 de marzo de 1934 que murió, fue a la estación a esperar el tren de la tarde. Hachiko tenía once años y cuatro meses cuando finalmente logró reunirse con su amo. En la estación, Shibyuo Station, se edificó una estatua en honor a la lealtad de Hachiko.

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